lunes, 27 de septiembre de 2010

Bare bones

Como me ha rendido éste año. Estamos a punto de entrar en el último trimestre y ayer las noticias dijeron que el Instituto Metereológico predice muchas más lluvias en los próximos meses.

Viviendo en esas alturas, la humedad es parte de todo. Mis blusas tienen un olor mezclado entre mi prefume amado y ese característico olor a moho impregnado. La tierra que piso ha perdido su solidez y más parece un eterno barrial resbaladizo. Jane entra y sale de la casa y yo pretendo secarle las patas mojadas cada vez que lo hace. La casa no dura limpia más de 3 días y la ropa en definitiva ya no se seca.

Al mismo tiempo hay cosas encantadoras de vivir en las alturas, como la paz y el silencio, el contacto íntimo con la naturaleza, una vecina maravillosa con la que tomo vino en esas noches frías y de la que aprendo mucho sobre cultura y la situación del mundo. Ahí arriba estamos en otra dimensión. He conocido gente de todo tipo. Me pasan libros.

Aquí abajo también he estado en otra dimensión. Springwater, Boston, RI. Un divorcio, un viaje, una nueva relación. Que año....que año por dios. Será conveniente desnudarme así?

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